¿Se siente agobiado? ¿Necesita un pequeño rincón para relajarse con algo de luz? Entonces una veranda es la opción adecuada para usted. Surgen muchas preguntas: ¿Qué estilo elegir? ¿Qué uso debe tener? ¿Dónde instalarlo? Con el alcance de este trabajo es normal que se tengan en cuenta todos los parámetros. Aquí tiene una guía que le ayudará a orientarse en un invernadero.
Los diferentes tipos de veranda
Hay muchos estilos diferentes de veranda, ya que los constructores suelen crear modelos únicos. En esta larga lista, hay dos estilos más comunes:
La veranda clásica es la más sencilla y sobria de los distintos modelos de veranda. Proporciona mucha luz y se adapta a cualquier tipo de casa con tejado a una sola vertiente. Esta veranda suele estar estructurada con paredes rectas de forma rectangular o cuadrada.
La veranda victoriana tiene la particularidad de tener un tejado a varias aguas apoyado en un muro de la casa. Esta elección estética es cada vez más solicitada para tener una mejor visión del exterior gracias a los múltiples ángulos de la veranda.
Para estilos más personalizados, puede contactar con constructores como tafsquare para crear verandas a medida.
¿Cómo se diseña un invernadero?
No sólo hay que tener en cuenta el estilo, sino también si la propia veranda puede servir para ampliar la casa. Por ello, es aconsejable consultar a un constructor de invernaderos para comprobar si es posible. Una veranda puede instalarse de varias maneras:
Esquina: sólo es posible si una esquina de la casa está libre.
Empotrado: la solución más adecuada para retener el calor.
Semiencastrada: la veranda está medio integrada en la casa.
¿Para qué sirve una sala de este tipo?
La instalación de una veranda proporciona un espacio extra, pero aún está por decidir el uso que se le dará. Para los amantes de la naturaleza, un invernadero sería perfecto; en este caso, exponga su veranda al sur para aprovechar el sol. Un salón de invierno para disfrutar de la hermosa vista de la nieve mientras se disfruta del confort del interior. Los más originales optarán por convertirlo en un nuevo dormitorio. Si su cartera se lo permite, ¿por qué no convertirlo en un refugio para piscinas? En resumen, las posibilidades son infinitas para una veranda.
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